El Born, un barrio vibrante en el corazón de Barcelona, es conocido por sus calles estrechas, su arquitectura gótica y su atmósfera artística. Sin embargo, entre sus tiendas vintage y talleres artesanales, se esconde una historia más profunda: las Carassas del Born. Estas figuras enigmáticas, talladas en piedra, nos invitan a un viaje por los rincones menos conocidos de la historia barcelonesa.
Historia y Significado de las Carassas del Born
Las Carassas del Born son más que simples relieves en piedra; representan un capítulo fascinante en la historia social y cultural de Barcelona. Estas figuras, que aparecen en varios rincones del barrio del Born, tienen sus raíces en el siglo XVII, una época marcada por profundas transformaciones sociales y urbanas en Barcelona.
Orígenes en el Siglo XVII
Se cree que el origen de las Carassas del Born podría remontarse a la Guerra dels Segadors o incluso antes. Durante este período, Barcelona experimentó una gran afluencia de soldados y marineros, dada su importancia como puerto marítimo. Estos grupos, a menudo desconocedores del idioma y analfabetos, necesitaban una forma visual de identificar ciertos servicios en la ciudad, como los prostíbulos. Aquí es donde las Carassas del Born jugaban un papel crucial, sirviendo como marcadores discretos pero evidentes para aquellos que sabían interpretar su significado.
Un Lenguaje Visual en una Sociedad Analfabeta
En una época donde gran parte de la población era analfabeta, las imágenes y símbolos visuales eran esenciales para la comunicación. Las Carassas, con sus expresiones y ubicaciones estratégicas, cumplían esta función. Eran parte de un lenguaje visual más amplio que incluía símbolos en iglesias, catedrales y otros edificios públicos, que comunicaban mensajes e información a través de representaciones icónicas. Así, las Carassas se convirtieron en un método efectivo para señalar la ubicación de los burdeles sin necesidad de palabras.
Un Reflejo de la Sociedad del Siglo XVII
La existencia de las Carassas del Born también refleja la actitud de la sociedad barcelonesa del siglo XVII hacia la prostitución. A pesar de ser una actividad legal y regulada, había un esfuerzo por mantener cierta discreción. La prostitución no era un tema de orgullo o exhibición pública, sino una realidad tolerada y regulada por necesidad. En este contexto, las Carassas servían como una solución elegante: indicaban la ubicación de los burdeles de manera que solo aquellos que buscaban esos servicios sabían interpretar su significado. Este equilibrio entre la aceptación y la discreción está profundamente arraigado en las Carassas del Born, convirtiéndolas en testigos mudos de la historia social de Barcelona.
La Prostitución en el Contexto Portuario de Barcelona
El papel de Barcelona como un importante puerto marítimo también jugó un papel crucial en la historia de las Carassas. Desde la antigüedad, los puertos han sido centros de intercambio cultural y económico, y Barcelona no fue la excepción. El flujo constante de marineros y comerciantes, especialmente en el siglo XVIII, creó una demanda significativa de servicios de prostitución. Las Carassas, por lo tanto, no solo marcaban lugares de encuentro físico, sino que también simbolizaban el encuentro de diversas culturas y personas en el bullicioso puerto de Barcelona.
Carassa en Calle Mirallers: Un Icono Histórico del Born
La Carassa de la Calle Mirallers, situada en la intersección con la Calle de los Vigatans, es una de las más emblemáticas y reconocibles de Barcelona. Su expresión, con los ojos semiabiertos y una mueca de placer, no solo sugiere su propósito original, sino que también nos habla del contexto histórico y social de la Barcelona del siglo XVII.
La Carassa en la Calle Mirallers es un testimonio de cómo la ciudad se adaptaba a las necesidades de su población flotante. La prostitución, aunque legal, necesitaba ser señalizada de manera discreta. Esta Carassa cumplía con esa función, guiando a quienes buscaban esos servicios sin perturbar la vida cotidiana de los residentes de la ciudad. Además, su ubicación en una calle céntrica del Born refleja cómo la vida urbana y los negocios menos formales coexistían en una relación de mutua dependencia.
Esta Carassa también es un recordatorio de la importancia de los símbolos en la comunicación urbana de épocas pasadas. En una era dominada por la iconografía, cada imagen y escultura tenía un propósito y un mensaje que transmitir. Las Carassas, en particular, nos revelan un aspecto de la vida cotidiana en Barcelona que a menudo es ignorado o desconocido por muchos.
Hoy, la Carassa de la Calle Mirallers no solo es un punto de interés histórico para los turistas y los aficionados a la historia, sino también un fragmento de la identidad cultural de Barcelona. Su preservación es un esfuerzo por mantener viva la rica historia de la ciudad, permitiendo a las futuras generaciones entender y apreciar la complejidad de su pasado.
Carassa en Calle de les Panses: Un Misterio en las Alturas
La Carassa en la Calle de les Panses es, sin duda, una de las más intrigantes de las tres Carassas del Born. Ubicada en una posición elevada, este rostro esculpido en piedra, que muestra sólo la mitad de una cara, es un enigma que despierta la curiosidad de historiadores y visitantes por igual.
Esta Carassa es particularmente notable por su diseño único. A diferencia de las otras Carassas que indican la presencia de un prostíbulo en general, esta parece señalar un lugar específico, posiblemente un piso dentro de un edificio. Su posición elevada y su diseño parcial podrían haber sido una forma intencionada de garantizar que solo aquellos que buscaban activamente los servicios de un prostíbulo pudieran interpretar correctamente su significado. Esto refleja el delicado equilibrio que mantenía Barcelona entre la tolerancia y la discreción en torno a la prostitución.
La presencia de esta Carassa en la Calle de les Panses también es un testimonio de la compleja red de regulaciones que existía en torno a la prostitución en la Barcelona del siglo XVII. Aunque era una actividad legal, estaba sujeta a normas estrictas. Por ejemplo, se esperaba que las prostitutas no se perfumaran ni se adornaran excesivamente para no atraer a los hombres con falsos atractivos. Además, debían ejercer su oficio en lugares específicos, lejos de iglesias, monasterios y escuelas.
Carassa en Calle de les Mosques i Flassaders: Un Símbolo Sutil de Historia
La Carassa ubicada en la Calle de les Mosques i Flassaders, conocida popularmente como Papamosques, posee un carácter único que la distingue de las demás Carassas del Born. Su tamaño reducido y su ubicación menos prominente reflejan el carácter marginal y discreto con el que se trataba la prostitución en la Barcelona del siglo XVII, incluso cuando era una actividad legal.
Esta Carassa, casi oculta en la arquitectura de la calle, marcaba la presencia de un prostíbulo famoso en su tiempo. El nombre de la calle, «de les Mosques» (de las Moscas), deriva de la acumulación de residuos de alimentos del cercano mercado de Santa Catalina, lo que causaba una proliferación de moscas en la zona. Esta característica, combinada con la estrechez de la calle, creaba un ambiente único que quedó inmortalizado en el dicho popular «al carrer de les Mosques fan funció a les fosques» (en la calle de las Moscas hacen función a oscuras), refiriéndose a las actividades que allí se realizaban.
Las Carassas del Born no son solo piezas de arte en piedra; son narradoras de historias, guardianas de secretos y símbolos de una época pasada. Invitamos a los lectores a explorar las calles del Born y descubrir estas figuras históricas, cada una contando su propia historia en el lienzo urbano de Barcelona.