Historia del nacimiento de la Sagrada Familia de Gaudí (1/3)

El Templo Expiatorio de la Sagrada Familia empezó su construcción a finales del siglo 19 y, en la actualidad, se ha convertido no solo en el emblema de la ciudad de Barcelona sino también en el monumento más visitado de toda España. Una obra que no deja indiferente a nadie …

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El Templo Expiatorio de la Sagrada Familia empezó su construcción a finales del siglo 19 y, en la actualidad, se ha convertido no solo en el emblema de la ciudad de Barcelona sino también en el monumento más visitado de toda España. Una obra que no deja indiferente a nadie y que atrae a viajeros de todo el mundo, sin importar su bagaje cultural, si son creyentes, ateos o agnósticos.

Para dimensionar el magnetismo que tiene este templo tenemos que tener en cuenta que, según cálculos municipales, más de 4 millones de personas lo visitan al año. Una cifra que diariamente se traduce en riadas de turistas en las calles, autobuses que monopolizan las calzadas y comercios que viven únicamente en función del templo.

La Sagrada Familia presenta un panorama un poco delirante, teniendo en cuenta que estamos hablando técnicamente de una iglesia inacabada, con un estilo imposible de definir y cuya construcción parece estar desafiando toda lógica.

En entrespacios queremos analizar al motor turístico de Barcelona, uno de los templos católicos más famosos y enigmáticos en la actualidad. Y para esto, estudiaremos la historia del templo, en torno a las 3 temáticas que están representadas en cada una de las fachadas del templo:

En esta primera entrega vamos a analizar todas las circunstancias históricas que rodearon la construcción. Primero, vamos a tratar de situarnos un poco en el espacio y en el tiempo; es decir, qué estaba pasando en Barcelona a finales del siglo XIX para que se empezara una obra de esta magnitud.

En un segundo momento, vamos a analizar la relación que tuvo el templo con su época, por qué en esta época creían que La Sagrada Familia se iba a convertir en una especie de “oasis espiritual” para una sociedad totalmente decadente y pecaminosa.

Barcelona: “La pequeña Inglaterra”

En el momento en el que se inicia la construcción de la Sagrada Familia en la Ciudad de Barcelona, se está dando una de las revoluciones más importantes de la humanidad, la famosa Revolución Industrial.

Esto puede sonar un poco exagerado, pero es que la Revolución Industrial en realidad fue la mayor transformación a nivel social, político, económico que sufrió la humanidad prácticamente desde la época en que aprendió la agricultura en la época del neolítico.

De todas maneras, tenemos que tener en cuenta que la historiografía en general está de acuerdo en que la Revolución Industrial como tal se da en Inglaterra, en el siglo XVIII, pero si estamos hablando del caso español, en realidad la revolución llegó un poco más tarde, se desarrolló prácticamente en el siglo XIX y tuvo casi que solamente dos focos principales, uno, al norte, en el País Vasco y otro, en la región de Cataluña.

Por esto vamos a ver que en 1882 cuando se pone la primera piedra de La Sagrada Familia, Barcelona, la capital de Cataluña, va a ser entonces la ciudad más moderna, más industrializada de toda España. De todas maneras, esto no fue una coincidencia. Vamos a ver que en la ciudad se están dando una serie de condiciones que posibilitaron a grandes rasgos que Barcelona fuera más o menos “la pequeña Inglaterra” de España.

El primer elemento tiene que ser, por supuesto, las maquinarias. De hecho, Barcelona va a ser la primera ciudad de España en implementar máquinas de hilar y telares mecánicos, por lo tanto, va a ser la primera capital en conectarse con esta nueva forma de producción industrializada.

Tengamos en cuenta que estas primeras fábricas, para su funcionamiento necesitaban el carbón; el cual era extraído principalmente de Inglaterra y del norte de la península. Por lo tanto, y esta sería un poco la segunda condición, Barcelona estuvo muy beneficiada por su condición de puerto, es decir, era relativamente fácil transportar todas estas materias primas desde estas regiones hasta la ciudad, gracias a la llegada de la navegación por vapor.

Pero en realidad, fueron las políticas proteccionistas, que se empiezan a implementar en ésta época, lo que permitiría que Barcelona se consolidara como la Capital Económica de España en el siglo XIX.

Esto, más allá de lo que estamos contando, existen ciertos hitos que nos ponen un poco en evidencia todo el avance que estaba viviendo Barcelona en esta época. De hecho, si volvemos al siglo XIX vamos a ver que fue en la ciudad de Barcelona donde se tomó la primera fotografía, la primera ciudad en implementar la luz eléctrica y el gas, la primera línea férrea de la península se construye también en Barcelona, incluso la primera llamada telefónica. Y todo esto sin nombrar todos los avances culturales, artísticos y literarios que se están dando también en este momento de la historia.

Todo este desarrollo de la industria, estaba provocando una mayor demanda de mano de obra. Por lo tanto, vamos a ver que Barcelona se va a volver una ciudad muy atractiva para los primeros trabajadores que empiezan a abandonar el campo y empiezan a migrar de manera masiva a la ciudad. Y digamos que hasta aquí pues todo iba muy bien: Revolución Industrial, todo el mundo feliz y contento… pero es a partir de aquí que empiezan a surgir una serie de problemas en la ciudad, y es por cierto en esta época cuando empiezan a surgir los famosos barrios obreros. ¿Qué teníamos en los barrios obreros?

Pues era un panorama realmente desolador. Sabemos que en esta época se tenía más o menos un 40% de analfabetismo, las jornadas laborales llegaban a alcanzar las doce horas diarias, ósea, la gente pasaba la mitad del día trabajando. La media de vida se situaba entre 23 años, para las clases más desfavorecidas, y 36 para las más acomodadas. No tenían vacaciones, no tenían asistencia pública, no tenían seguro. Pero, una cosa que, si tenían, era tuberculosis, cólera, prostitución y muchísimo trabajo infantil.

Mientras que, en otra parte de la ciudad, por ejemplo, en la zona del ensanche, los burgueses que eran un poco los que estaban viviendo todos los beneficios del proceso de industrialización, pues tenían una situación y una vida totalmente diferente. Por eso vamos a ver que la mayoría de los historiadores se ponen de acuerdo de que la Barcelona del siglo XIX era sobre todo una ciudad de contrastes: por un lado, teníamos el crecimiento económico, pero por el otro teníamos también la miseria.

Un Oasis espiritual.

Era fundamental establecer este contexto porque vamos a ver que, a lo largo del siglo XIX, un poco de manera paralela al proceso de industrialización en la sociedad europea, se está dando también un proceso de secularización.

A lo largo de este siglo España estaba experimentando todas las consecuencias del establecimiento del nuevo orden liberal, que generó un escenario muy diferente entre la relación que tenía el Estado con la Iglesia Católica. Estos movimientos fueron heredados de la Revolución Francesa y la Ilustración, consolidando el fin del modelo de sociedad del Antiguo Régimen y, de paso, afectando a la Iglesia en su base y poder económico.Es en esta época, entonces, cuando está cada vez más arraigada la concepción de que es por medio de la razón y de la ciencia que la humanidad va a llegar, por fin, al progreso. Por lo tanto, aspectos como la religión y la tradición, tenían que ser totalmente abolidos. Tengan en cuenta, además, que es en esta época cuando se publican libros como “El Origen de las Especies” de Darwin, que termina dando un sentido más científico al origen del hombre. Y como si fuera poco, es también en esta época cuando se publica La Gaya Ciencia de Nietzsche, texto en que se anuncia la muerte de Dios, y con él, se decreta el fin de toda autoridad tradicional y verdad absoluta. El hombre estaba solo en el mundo.

Pero bueno, llegados a este punto, no vamos a analizar cuál fue la respuesta que dio la Iglesia a esta pequeña crisis que se está viviendo en esta época, que, por cierto, fue una respuesta un poco lenta y un poco mal hecha. Pero, sí nos vamos a centrar en un caso más particular, en el caso de la ciudad de Barcelona, porque es entonces en este momento de crisis espiritual que un señor, un librero catalán muy devoto que se llamaba Maria Bocabella i Verdaguer. Un señor al parecer muy preocupado por esta deriva liberal que se estaba dando en la política española y también muy preocupado por esta especie de crisis galopante en las cuestiones morales y espirituales de la ciudad. Funda entonces, en 1863, la famosa asociación de Devotos de San José. Una asociación que está inscrita en lo que serían los movimientos de renovación católica de la época que querían, fomentar todos los valores cristianos en la sociedad.

Y es que la mayoría de la bibliografía de la época pues parece aceptar que este señor logró captar muy bien lo que era el ambiente de desolación y aislamiento que estaban viviendo la mayoría de estos obreros, que están llegando por primera vez a la ciudad de Barcelona. La mayoría de estos venían, entonces, de un contexto totalmente rural y un poco más tradicional, y se encuentran con una ciudad totalmente en caos.

Y bueno, Bocabella entra en nuestra historia principalmente, porque en realidad fue esta persona la que idea todo el proyecto de la Sagrada Familia. De hecho, es un señor que poco se nombra, pero básicamente él, con el dinero que había logrado entonces ahorrar de todas estas publicaciones, y junto con otras donaciones más, compra un solar muy grande a las afueras de la ciudad. Porque el sueño finalmente que tenía Bocabella era construir una iglesia. Según sus planes, ésta iglesia, iba a ser común y corriente, un poco según el estilo de la época. Sería una iglesia grande, contundente, con estilo neogótico y el proyecto inicial va a terminar en manos de un arquitecto diocesano llamado Francisco de Paula de Villar.

Nacimiento de la sagrada familia

La primera piedra, entonces, de la Sagrada Familia se pone en 1882 y estaba más o menos proyectada para ser, con todo respeto con Francisco de Villar, una iglesia común y corriente. Lo que pasa, es que finalmente un año después de que se empieza el proyecto, empiezan a haber unos problemas entre Bocabella y de Villar, por lo que al final el arquitecto termina dimitiendo.

Tenemos entonces que entregarle el proyecto a un nuevo arquitecto, y es en este punto de la historia de la Sagrada Familia cuando entra un tal, Antoni Gaudí. Y digo, un tal Antoni Gaudí, porque apenas era un joven arquitecto, se acababa de graduar, y no tenía casi que ninguna experiencia. Lo que pasa es que necesitaban a un joven recién graduado, que estuviera dispuesto, un poco a continuar la obra de Francisco de Villar y que además no cobraba nada por la construcción de la misma. Sabemos, además que Gaudí, rápidamente se gana la confianza de Bocabella. Y convierte esto, que era la iglesia de Francisco de Villar, en lo que ya todos conocemos.

Gaudí empieza la construcción del Templo concentrando toda su atención en la finalización de una sola fachada, la Fachada del Nacimiento, única parte del templo construida íntegramente por él. El arquitecto asociaba el inicio de la vida con el nacimiento de Jesús, por lo que cada uno de los portales de esta fachada están llenos de flora y fauna, realizados además con sumo naturalismo, y con la intención de reforzar la carga simbólica que tiene cada escena representada en ella. Según creía Gaudí, este edén de piedra, tendría que dar consuelo y servir de refugio espiritual para las nuevas clases bajas urbanas, que había abandonado masivamente el campo, y estaban llegando a una ciudad víctima de las primeras consecuencias de la industrialización.

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