Historia del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau

Historia del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau

Hoy en entrespacios vamos a contarles la historia de los edificios que se construyeron en Barcelona para ejercer la medicina, hablamos del Hospital de la Santa Creu y del complejo modernista el Hospital de la Santa Creu i Sant Pau

Vamos a hablar primero del recinto medieval del antiguo Hospital de la Santa Creu, un hospital que durante 5 siglos se encargó del cuidado de los sectores más vulnerables de la ciudad, y que fue además el hospital donde murió Antoni Gaudí. Luego, vamos a ver como este hospital fue trasladado a principios del siglo XX a los extraordinarios pabellones modernistas del arquitecto Lluís Domènech i Montaner​​, el sublime Hospital de la Santa Creu i Sant Pau.

Hospital de la Santa Creu

Vamos a empezar poniendo un poco de contexto. Sabemos que Barcelona, a principios del siglo XV, contaba con seis pequeños hospitales, creados por órdenes religiosas o particulares, que funcionaban principalmente de la caridad. Estos hospitales, de todas maneras, no se encontraban en las mejores condiciones, además la ciudad todavía se estaba recuperando de la peste de 1348, por lo que el Consell de Cent y el Capítulo Catedralicio se ponen de acuerdo en que había que construir un único gran hospital que pudiera reunir todos pequeños hospitales en uno solo.

Este es el origen del primer gran hospital de Barcelona conocido como el Hospital de la Santa Creu, cuya primera piedra se puso en 1401 en presencia del rey Martín el Humano, que por su nombre nos podemos imaginar que era un monarca especialmente interesado en las humanidades. El edificio fue construido en el Raval, ocupando las actuales calles del Carme y Hospital, que en esta época era una pequeña tierra de conventos llena de huertas y campos de cultivo.

En cuanto al edificio podemos nombrar que se trató, junto con las drassanes, del proyecto urbano más ambicioso y de mayor envergadura en el siglo XV. Se trata de uno de los mejores exponentes del gótico civil catalán de la ciudad, aunque las obras del hospital se prolongaron hasta el siglo XVIII, por lo que, además de lo gótico, tenemos también elementos renacentistas y barrocos.

La verdad es que para la época este hospital debió ser maravilloso, y no lo digo por las instalaciones, sino para las personas pobres de la ciudad. Pensemos que antes, la gente adinerada no tenía ningún problema, se podía atender en casa con un médico “particular”, pero el resto de mortales dependían de estos hospitales digamos “públicos” para atenderse, aunque ya sabemos que la atención tampoco es que fuera una locura.

Aun así, en el Hospital de la Santa Creu ya tenemos algunos avances en el tema de la medicina, por ejemplo, en este hospital ya se advierte una tímida diferenciación del espacio con criterios de sexo, edad y tipo de enfermedad, que este último criterio era el más importante, si tu entrabas al hospital con un dolor de muela y te ponían al lado de un enfermo terminal de tuberculosis, pues mal.

Aun con todo esto, siendo el más moderno y grande de la ciudad, se calcula que en esta época sobrevivía solamente un 25% de los ingresados. El Hospital de la Santa Creu funcionó entre los años 1414 y 1926, ¡durante 5 siglos! Que se dicen pronto.

De hecho, uno de los últimos pacientes que tuvo este hospital fue nada más y nada menos que Antoni Gaudi. Qué bueno, Gaudí en sus últimos años de vida se nos puso un poco místico, tenía una dieta muy estricta, hacía ayunos y había descuidado su aspecto físico. Por eso cuando fue atropellado por un tranvía, parece ser que nadie lo reconoció, pensaron que era una persona de la calle. Entre la confusión, Gaudí fue trasladado justamente a este hospital, donde murió rodeado de pobres.

Y es que claro, en el siglo XV el hospital habrá sido una maravilla, pero en 1926, este hospital era el peor de la ciudad; se había quedado anticuado, estaba totalmente colapsado y por su misma arquitectura, siendo un edificio tardo gótico, había sido imposible adaptarlo a todos los avances y requerimientos de la medicina moderna.

Además, ya desde el siglo XIX, como consecuencia del rápido crecimiento de las ciudades, con todas las problemáticas y epidemias que esto suponía, se estaban poniendo en marcha una serie de medidas para mejorar la calidad de vida de las grandes urbes. Surge el famoso movimiento higienista que promovía la construcción de alcantarillados, el abastecimiento de agua potable, un alumbrado público y la ventilación de la ciudad. Y bueno, dentro de todas estas corrientes higienistas, los hospitales, tenían, por motivos obvios, un rol fundamental en la salud de la ciudad. Fue en este punto que la construcción de un nuevo hospital se hizo necesaria.

Hospital de la Santa Creu i Sant Pau

Es de esta manera que llegamos al Hospital de la Santa Creu i Sant Pau, que puede parecer una opinión sesgada, pero yo creo que debe ser de los hospitales más bonitos del mundo. De verdad, si conoces algún otro hospital más bonito, por favor déjalo en los comentarios, porque creo que este hospital es difícil de superar.

La construcción del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau fue posible después de una importante donación que hizo un banquero catalán llamado Pau Gil, que dejó en su testamento 4 millones de pesetas para la construcción de un hospital para los pobres de Barcelona.

Entre sus indicaciones dejó dicho que el hospital debía reunir todas las innovaciones de la época, desde el punto de vista tecnológico, arquitectónico y médico, y que fuera erigido bajo la advocación de San Pablo. Por eso el hospital pasaría a llamarse Hospital de la Santa Creu i Sant Pau.

El proyecto fue encargado, que como dije al comienzo, a uno de los mejores exponentes del Modernismo Catalán, al gran arquitecto Lluís Domènech i Montaner (1850-1923).

Un dato fundamental para entender esta obra es que Domènech empezó el proyecto cuando tenía unos 52 años y estando en la plenitud de su carrera. Un aspecto a tener en cuenta porque, con esta obra en particular, Domènech no solo supo aprovechar todo el conocimiento que había cultivado a lo largo de su exitosa carrera, sino que realizó un trabajo de investigación muy exhaustivo para conocer, de primera mano, todos los avances que se estaban aplicando en los hospitales más modernos de Europa. Por esto podemos considerar a este hospital como una de sus obras maestras.

Pero bueno, entrando en detalles, el Hospital de la Santa Creu i Sant Pau fue proyectado para ocupar una superficie de 9 manzanas del Ensanche, en la zona alta de la ciudad, muy cerca de la Sagrada Familia.

El conjunto monumental parece una auténtica ciudad, a escala humana, con calles, jardines y edificios. Partiendo de todas estas corrientes higienistas que estaban tan de moda, diseñó un hospital en diferentes pabellones aislados, cada uno con espacios amplios, con grandes ventanas para lograr una buena iluminación y circulación del aire.

Luego, los pabellones estaban rodeados de jardines para que los enfermos y el personal del hospital disfrutaran de un entorno natural muy agradable. Y por último, todos los pabellones estaban conectados entre sí por una trama de túneles subterráneos, una solución absolutamente innovadora, que funcionaba muy bien para el traslado de los enfermos.

Pero bueno, más allá de esto, de la funcionalidad del hospital, yo creo que el elemento que más resalta del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau es su belleza. Parece que Lluís Domènech i Montaner pensara solamente en un entorno colorido y armónico el enfermo podía encontrar la cura para su enfermedad. Y es que la funcionalidad del hospital no debía reñir con la belleza, en este caso eran elementos totalmente complementarios.

Toda la vegetación del Hospital se encargaba de la purificación del aire, fijaba las bacterias, el polvo y los gases tóxicos. El uso de la cerámica, además de la función decorativa, es un material bastante higiénico que se puede limpiar y desinfectar fácilmente. Cada pabellón estaba equipado para su especialidad, tenía una excelente iluminación, ventilación y como si esto no fuera suficiente estaba magníficamente decorado.

Y es por la unión de todos estos elementos que el Hospital de la Santa Creu i Sant Pau es un espacio único en el mundo.

Pero bueno, ya para ir concluyendo, el Hospital de la Santa Creu i Sant Pau fue inaugurado el 16 de enero de 1930. El edificio de la entrada y los diez pabellones situados en torno a él, fueron construidos por Domènech i Montaner. Pero el resto de pabellones fueron obra de su hijo el también arquitecto, Pere Domènech i Roura, ya que Domènech falleció en 1923, sin ver su obra finalizada.

Durante muchos años fue el hospital de referencia de la ciudad, pero su destino terminó siendo un poco el mismo al hospital anterior, y es que los tiempos siguieron cambiando, y llegó un punto en que este hospital también se quedó obsoleto. Por esto en el 2009 se trasladó nuevamente toda la actividad hospitalaria a un nuevo complejo. El último dato es que entre el 2010 y 2014 el conjunto modernista fue restaurado y el resultado de todo este trabajo es el recinto modernista que se puede visitar en la actualidad. Que evidentemente – si viven en Barcelona no sé qué pueden estar esperando para visitar el Hospital de la Santa Creu i Sant Pau, porque es una maravilla.

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