La Necrópolis de Barcelona

En el blog de hoy vamos a hablar del cementerio romano que se encuentra en el pleno corazón de la ciudad, la Necrópolis de Barcelona. Daremos algunas claves también, para que la próxima vez que pases por aquí puedan descifrar algunas claves de lo que eran los ritos funerarios durante …

la necropolis romana en barcelona

En el blog de hoy vamos a hablar del cementerio romano que se encuentra en el pleno corazón de la ciudad, la Necrópolis de Barcelona. Daremos algunas claves también, para que la próxima vez que pases por aquí puedan descifrar algunas claves de lo que eran los ritos funerarios durante la antigua Roma. 

Plaza Villa de Madrid y la Necrópolis de Barcelona

Nos encontramos en uno de los rincones más desconocidos de Barcelona – a pesar que es una de las zonas más curiosas y con más historia de la ciudad – es muy común que la gente pase por aquí y ni siquiera se detenga y pregunte qué es lo que hay en esta pequeña plaza. 

La Plaza Villa de Madrid se encuentra en pleno Barrio Gótico, muy cerca de las ramblas, uno de estos pocos lugares que nos han quedado de la primera etapa de la ciudad, momento en el que Barcelona fue una pequeña, pero próspera colonia, dentro del Imperio Romano.

En la actualidad tenemos algunos restos de murallas, las columnas del templo de augusto, algunos acueductos también, pero después de tanto tiempo y tantas cosas que han pasado en la ciudad, nos queda también un antiguo cementerio: la Necrópolis de Barcelona. 

Lo primero que vamos a explicar es el origen de esta Plaza. Fue construida a partir de la destrucción del Convento de Santa Teresa de las Carmelitas Descalzas, un convento que databa del siglo XVIII y que sufrió un incendio durante la Guerra Civil Española.

Esto es muy común en Barcelona por cierto, siempre que vean una plaza en la zona antigua, sospechen que algo ha pasado.Teníamos entonces la plaza, lo que pasó fue que en 1956 a propósito de la construcción de un edificio por esta zona se descubrieron los restos del cementerio romano, la antigua Necrópolis de Barcelona. Se pueden imaginar la felicidad de los arqueólogos e historiadores de la ciudad, el problema para los de la construcción del edificio, que en esta caso las obras se van al carajo. 

Pero el caso, es que se descubrió un cementerio, que estaba, por cierto, en muy buen estado de conservación. Este cementerio durante muchos años estuvo básicamente cubierto por depósitos aluviales, tierra. En fin. 

En este blog vamos a dar una serie de claves para entender qué estaba pasando aquí. Y lo primero por donde vamos a empezar es la ubicación del cementerio romano.

El por qué de la ubicación de la Necrópolis de Barcelona

Tenemos que tener en cuenta que la colonia Romana de Barcino alcanzó a disfrutar de un momento de cierta tranquilidad y prosperidad además que en esta época el imperio estaba, sinceramente, muy bien organizado. 

Los romanos tenían regulados muchos aspectos de la vida pública, entre ellos los cementerios, los cuales, por ley, debían ubicarse a las afueras de la ciudad. Primero por una cuestión de higiene era mucho mejor tener los muertos fuera de la ciudad que adentro – esto en la Edad Media no lo van a tener muy claro, por cierto – aunque también lo hacían por una cuestión de seguridad, ya que durante los ritos funerarios era muy común utilizar el fuego. Por ambos motivos se decidió trasladar los cementerios fuera de la ciudad y situarlos juntos a las vías romanas que salían de las ciudades. 

(Te recomendamos nuestro blog: El cementerio de Montjuic)

La Necrópolis de Barcelona no es la excepción, está ubicada en el Barrio Gótico que sigue estando en los alrededores de la ciudad romana, sobre una vía secundaria que comunicaba la puerta sud-oriental de Barcino con la actual zona de Sarrià. Donde encontrábamos ya la vía más importante de la península, la famosa Vía Augusta, que se extiende desde Cádiz hasta los Pirineos. 

(Que por cierto, esto no tiene relación con nada, pero existe una página en internet que permite calcular las rutas romanas, como se puede hacer en la actualidad en google maps. Por ejemplo para llegar de Barcino a Roma, según calcula la web, era un viaje de 45 días, utilizando todos estos caminos que dejaron los romanos. Aunque tendría mucho más sentido hacer el trayecto por el mar, eran 7 días. Pero bueno, les dejamos el enlace https://orbis.stanford.edu/)

Pero volviendo al tema, la Necrópolis de Barcelona se calcula que estuvo en uso en los siglos I al III AC – y estaba se situaba a ambos lados de esta vía de salida de la ciudad, por eso el término más apropiado – en vez de cementerio o necrópolis – sería vía sepulcral.

El cementerio estaba en esta vía – la idea en este época era que cuando los viajeros – que podrían estar llegando o se estaban yendo de la ciudad, pasarán por estas vías pudieran ofrecer algún recuerdo a los difuntos que estaban aquí.

Esta es una de las ideas más importantes con las que nos tenemos que quedar, y es que los romanos tenían un respeto absoluto por los muertos. Se tenía como esta noción de que lo que se recuerda nunca muere por lo que era de suma importancia tener estos momentos dentro de la vida en los que se recordaba a los muertos. 

En algunos casos las tumbas tenían además unas inscripciones, como epitafios, que estaban dirigidos al caminante el cual debía hacer una pausa en el camino y evocar el recuerdo del difunto. De hecho, es curioso algunas inscripciones, no puntualmente de la Necrópolis de Barcelona, pero de otros que dicen cosas como  “Hola caminante, detente y lee hasta el final” y “Si no te es molestia, viandante, párate y lee”. Todo esto era básicamente para que las personas no cayeran en el olvido. 

Las vías sepulcrales y el rito funerario de la Necrópolis de Barcelona

El primer elemento es el de las vías sepulcrales y el segundo elemento que me parece muy importante es la cuestión del ritual funerario romano como tal. 

Ya que una vez alguien fallecía, lo más común o lo ideal, era que las personas fueran preparadas en su casa – aseadas, le ponían aceites aromáticos, eran cubiertos de flores – las flores siempre han sido el recuerdo de la primavera – se realizaba como una especie de velatorio en la casa del difunto, junto a sus personas más allegadas.

También se tenía la costumbre de llamar al difunto 3 veces – para asegurarse de que estaba realmente difunto – y finalmente se le ponía una moneda en o sobre la boca – Esta moneda se utilizaba para pagar a Caronte, el barquero que transportaba las almas de los recién muertos al inframundo. 

Luego se hacía una procesión – todo esto claro, dependía del estatus económico, los esclavos eran enterrados en fosas comunes sin muchos homenajes – pero dentro de las clases más acomodadas se trasladaba entonces de la vivienda a la necrópolis donde era finalmente cremado o inhumado.

Muy al comienzo, en la sociedad romana lo más común era practicar la cremación, siempre ha existido esta noción de que el fuego purifica, aunque luego la costumbre de enterrar el cuerpo, como se hace hoy en día, se volvió también muy común. Sobre todo con la llegada del cristianismo al Imperio, por eso estos dos tipos de entierro ya son comunes a partir del siglo II d. C.

De todas maneras, los ritos funerarios no se quedaba solo en el funeral y el periodo de luto – como nombramos antes los romanos tenían un respeto absoluto por sus muertos, por esto es que se celebraban fiestas como las de Parentalia – que vendría a ser como el Día de los Muertos, donde las familias se reunían en los cementerios para ofrecer comida – regalos – vino – bueno, cualquier tipo de ofrenda a sus difuntos. 

Y aquí tienen un detalle que van a tener que buscar en la Necrópolis de Barcelona cuando vengan, ya que aquí encontramos predominantemente estas tumbas, llamadas cupa / cupae, que eran estos monumentos semicirculares, que estaban equipadas con estos agujeros que permitían justamente arrojar cualquier tipo de ofrenda para el difunto y quedaban en ese este espacio interior. 

Es curioso porque muchas personas que ven estas tumbas piensan que el cuerpo está aquí, y no, en realidad el cuerpo como tal está en la tierra. Esta parte de la tumba servía como una cámara interior donde se ponían todas estas ofrendas. 

Una Necrópolis de clase baja

Pero bueno, el último detalle que vamos a resaltar de la Necrópolis de Barcelona, y que suele sorprender a muchos, es que todos estos entierros que estamos viendo – que se calcula que tiene alrededor de 80 tumbas – en realidad, son de personas de clase media – tirando a media baja, en realidad estas tumbas no están ni cerca de ser las mejores ni las más suntuosas que podía tener una ciudad como la de Barcino. 

Y esto lo sabemos por tres cuestiones principalmente, primero los entierros en cupae eran una forma funeraria propiamente de las clases más humildes. Segundo, los cementerios funcionaban de una manera en que las familias más ricas tenían las tumbas más cercanas, y luego los pobres pues estaban a una distancia más alejada.  Ahora estamos un poco “alejados” de la ciudad.

Y por último, en varias ocasiones la Necrópolis de Barcelona en varias ocasiones ha sido objeto de estudios en que se obtuvieron varios datos sobre los rituales funerarios que se celebraron aquí, la población originarias, incluso cuáles eran los animales de compañía que había en esta época y eran enterrados junto a sus dueños. Y con todos estos trabajos se pudo corroborar que las personas que estaban aquí enterradas pertenecían a estos sectores bajos de la sociedad hispanorromana de Barcelona.

Antes de irnos queríamos invitarlos que justo al lado de la necrópolis está el Centro de Interpretación, que es como un pequeño museo donde están expuestos los objetos hallados en el yacimiento, donde se explican más detalles del ritual funerario, y demás información de interés. de todas maneras lo de pequeño museo es bien literal, pero si quedaron con curiosidad aquí está.

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