En este nuevo blog de entrespacios queremos hablar de un detalle del Barrio Gótico de Barcelona que, pese a pasar muy desapercibido y no ser notado por mucha gente, es una de las pocas marcas que nos queda de una de las instituciones más temidas, más despreciadas y también más desconocidas, la Santa Inquisición. Vamos hablar de su origen, de los herejes que estaban persiguiendo, y ver al final por qué nos quedó este escudo justo en esta zona de la ciudad.
Dónde está el escudo de la Santa Inquisición en Barcelona
Bueno, primero que todo, el escudo de la Santa Inquisición en Barcelona está un poco escondido, pero lo encontramos en un lateral de la Catedral, en el Carrer dels Comtes, en el Museo Frederic Marés, un edificio, por cierto, que ha sufrido muchas transformaciones pero que antiguamente fue justamente la prisión del Santo Oficio.
Se trata de un escudo de Felipe II, un diseño además que se hace a partir de su coronación como rey de Portugal, por lo que el escudo no pudo ser puesto antes de 1580, y los signos de la Santa Inquisición los encontramos en la parte de arriba, que son básicamente la cruz cristiana acompañada de una espada, que simboliza el trato a los herejes y, al otro lado, tenemos una rama de olivo, que significa la reconciliación con los arrepentidos.
En este artículo vamos a hablar de la Santa Inquisición en Barcelona, aunque no de toda su historia, porque al final esta institución duró hasta el siglo XIX, sino que vamos a hablar sobre sus orígenes y cómo terminó desembarcando en la ciudad de Barcelona.
El origen de la palabra “la Santa Inquisición”
Vamos a empezar definiendo el nombre, me gusta mucho ir a la etimología de las palabras ya que suelen darnos muchas pistas, la Santa Inquisición toma su nombre del latín inquisitio, que significa interrogatorio, ya que el procedimiento penal que se utilizaba era diferente. Normalmente lo que pasaba es que en los juicios había una persona que hacía una acusación, la cual debía aportar evidencias para convencer a un juez, que finalmente era quien determinaba una condena, ¿no? Pues este juicio era diferente, ya que las autoridades eclesiásticas no esperaban a que llegaran las denuncias, sino que por sí mismas se encargaban de “investigar” o “averiguar” quién era el que estaba cometiendo el delito. Los inquisidores terminaban siendo acusadores y jueces.
Y el segundo elemento que vamos a tener en cuenta es que la Santa Inquisición solo podría actuar, o mejor dicho, juzgar a las personas herejes. Y esta es una aclaración muy importante que tenemos que hacer, la Santa Inquisición «nunca» juzgó a musulmanes, judíos o budistas, ya que estos, en todo caso, serían infieles. La Santa Inquisición estaba detrás de los herejes, que eran personas finalmente cristianas, pero que tenían algún tipo de “desviación”. Los herejes son las personas cristianas que se habían apartado de las doctrinas oficiales de la iglesia.
Bueno, la verdad es que esto de la “herejía” es algo que ha existido siempre, desde el inicio de la cristiandad habían corrientes disidentes, lo que pasó fue que las mataron a todas. A pesar de que la mayoría de personas pueden pensar que la Santa Inquisición fue una invención española, la Inquisición fue un tribunal eclesiástico establecido en Francia, no en España, en el siglo X – XII, para descubrir y castigar específicamente la herejía cátara.
La Santa Inquisición en Barcelona y la herejía cátara
Aquí me van a tener que permitir hacer un paréntesis un poco largo, pero es que esta herejía es súper interesante. Este artículo es en realidad una excusa para poder hablar del catarismo, y ojo, puede parecer un tema baladí, pero el último cátaro que murió en la hoguera advirtió que en 700 años los cátaros iban a volver a la tierra, que el olivo volvería a renacer de las cenizas de los mártires. Dicha profecía fue pronunciada en el año 1321. O sea, este 2021 es el año en que vuelven los cátaros, entonces a ver si con algunos datos logran identificar a los cátaros que están entre nosotros.
Los cátaros, o albigenses, que da igual, es lo mismo, como venimos explicando, eran una “desviación” de la doctrina católica oficial, de hecho, criticaban mucho a la Iglesia por su hipocresía y por su corrupción, en cambio, ellos se presentaban como los auténticos herederos de Cristo. La palabra cátaro significa “puro”. Básicamente, los cátaros creían que existían dos realidades opuestas: el bien y el mal, y dos divinidades irreconciliables, Dios y Satán. El primero era el creador del mundo espiritual y el segundo había creado todo lo material.
Todo esto a nivel teológico tenía unas implicaciones muy interesantes, como negar el dogma de la Trinidad, no creían que Dios se había encarnado en Jesús, en fin… Pero luego, había otras implicaciones mucho más interesantes, como si el mundo era una creación diabólica, pues los cátaros aborrecían el mundo terrenal y consideraban, que todo estaba mal, entonces era una aberración traer un alma pura a este mundo. Por esto estaban en contra de tener hijos, pero también del matrimonio ya que la finalidad del matrimonio era la procreación. Luego, siguiendo esta idea, eran vegetarianos, ya que rechazaban comer alimentos procedentes de la procreación como, cualquier animal, aunque comían pescado, porque antes se pensaba que los pescados no tenían vida, que eran justamente “la frutti di mare”. Y, por último, creían en la reencarnación; pensaban que las almas se iban reencarnando – iban haciendo una catarsis – hasta que eran capaces de acumular un autoconocimiento capaz de librarlos del mundo material y llegar a un paraíso inmaterial.
Al principio sabemos que los cátaros fueron un poco ignorados, la iglesia los veía como unos desviados más, y es que, hasta cierto punto, se debió convertir en una simple moda intelectual de la época, el problema es que las doctrinas cátaras empezaron a tener importancia, sobre todo en la antigua Occitania, llegando incluso a algunas otras Coronas de la región, como ya veremos más adelante, motivo por el cual, la Iglesia se va a ver un poco en la obligación de tomar cartas en todo este asunto. Es en este momento entonces, cuando se crea la Santa Inquisición un poco para acabar, de una vez por todas, con este problema.
El origen de la Santa Inquisición
La primera Santa Inquisición, la Inquisición Episcopal, fue establecida en 1184 mediante la bula Ad abolendam por el papa Lucio III, contra la herejía de los cátaros. Pero parece que esta primera Santa Inquisición no terminó de ser del todo efectiva, ya que en un comienzo dependía de los obispos, o sea, que no tenía como una autoridad central, por lo que termina fracasando.
Por este motivo, en 1231, se pasa de la Santa Inquisición Episcopal a la Santa Inquisición Pontificia o Inquisición Papal, la cual fue promulgada mediante la bula Excommunicamus por el papa Gregorio IX. Esta, digamos, que estaba mejor organizada, ya que estaba sometida a la autoridad directa del papa, además de estar bajo las órdenes mendicantes, especialmente de los dominicos.
Esta segunda Santa Inquisición, la pontificia, será entonces la que termine desembarcando en Barcelona por primera vez, ya que se consideraba que la zona de Aragón y Cataluña, eran zonas cruciales a la hora de erradicar la herejía cátara, ya que, durante las persecuciones en Occitania, muchas personas se habían replegado en las zonas de los pirineos.
Incluso el rey de la Corona de Aragón y conde de Barcelona, Jaime I, terminó respaldando esta decisión de modo que, en el siglo XIII, la Santa Inquisición estaba sentada definitivamente. Aunque, evidentemente, en esta región la Santa Inquisición no fue tan activa, aquí los cátaros no llegaron a tener la influencia ni el poder de otras zonas. Eran muy pocos, por lo que la Santa Inquisición llegó un punto en que terminó relegada a un segundo plano.
Aun así, la Santa Inquisición no dejó de existir en Barcelona hasta su última renovación, la cual fue llevada a cabo por los Reyes Católicos en el siglo XV. Y el escudo que tenemos aquí representado nos habla de esta última etapa justamente. Entonces, vamos a finalizar este blog con la llegada de – la que es denominada por muchos historiadores como – la Santa Inquisición Moderna.
La Santa Inquisición y los judíos
Entonces, para que no nos perdamos, teníamos la Inquisición Episcopal, de los obispos, que se crea en contra de los cátaros pero que fracasa, luego tenemos la Inquisición Pontificia, del papa, que fue la que finalmente logró erradicar a esta herejía – que no sé si lo dije – pero literalmente mataron a todos los cátaros. Incluso, durante la Cruzada Albigense, cuando no sabían si la persona en cuestión era cátaro o no, lo mataban alegando que al final Dios iba saber reconocer a los suyos.
Pero luego, en el siglo XV, en 1478, tenemos el renacer de una nueva Santa Inquisición, la cual fue promulgada mediante la bula Exigit sinceras devotionisaffectus por el papa Sixto IV. Esta nueva Inquisición heredaba ciertas características de sus antecesoras – pero – y esta es una diferencia fundamental – ahora la institución iba a estar administrada directamente por los Reyes Católicos, los cuales iban a poder nombrar a los inquisidores responsables de erradicar una nueva herejía que estaba rondando la península: los judaizantes.
Lamentablemente, en este blog no nos va a dar tiempo de explicar todo el problema con los judíos- además sobre esta cuestión ya tenemos un blog – en el vídeo que hicimos sobre la Peste Negra en Barcelona explicamos un poco sobre la problemáticas que se estaba dando con esta comunidad. Igualmente – para resumirlo todo – de forma rápida – podríamos decir que en la península existía una comunidad bastante grande de judíos, incluso en el caso de la Corona de Aragón, la cual era muy próspera e influyente en la economía de la ciudad. Y bueno, la convivencia entre los judíos y los cristianos había sido relativamente pacífica – hasta finales del siglo XIV, momento en que empiezan los ataques y asesinatos a judíos en los famosos pogromos de esta época. Luego, en el siglo XV, tenemos la expulsión definitiva de los judíos – ordenada nuevamente por los Reyes Católicos.
En este panorama, que se estaba tornando cada vez más hostil, se empezaron a dar conversiones masivas de judíos a cristianos. Si te daban la opción de irte, morir o convertirte, pues yo creo que lo más lógico era que te convirtieras. Esta cuestión – parece ser – que es la clave del problema ya que, según muchas interpretaciones, estas conversiones no habían sido del todo “sinceras” sino que fueron consecuencia del miedo que tenían los judíos. Entonces, la “nueva” Santa Inquisición se instauró para erradicar esta “nueva” herejía que había en la península, o dicho de otra manera, se instaura un tribunal especializado para encontrar a todos judíos conversos superficialmente que se declaraban cristianos, pero que, en su vida privada seguían practicando ritos y una vida de acuerdo al judaísmo. Y ya que esta política se estaba instaurando en todos los reinos hispanos, la nueva Inquisición va a llegar también a la ciudad de Barcelona.
La instauración de la Santa Inquisición en Barcelona
De todas maneras no podemos finalizar este blog sin reconocer que, en el caso de la ciudad, parece ser que esta decisión no fue muy bien recibida. El gobierno de la ciudad, el Consell de Cent, no reconoció a los nuevos inquisidores que estaban llegando, defendiendo que tanto la ciudad como la diócesis, dependían de las estructuras de la Santa Inquisición antigua que había en la Corona de Aragón. Sobre esto se recuerda siempre la anécdota cuando, en 1487, llegó el nuevo inquisidor, Fray Alonso de Espina, a la ciudad y ninguna autoridad salió a recibirlo.
Pero bueno, a pesar de que se dieron algunos intentos fallidos, finalmente la nueva Santa Inquisición se terminó instaurando. El tribunal se instalaría en una de las estancias del Palacio Real Mayor, donde aún hoy figura el escudo en cuestión. Sabemos también que Fray Alonso se puso rápidamente manos en obra, ya que según estimaciones del Consell, apenas se instaló el tribunal, unas 500 familias huyeron de la ciudad – además de que en a finales de 1487 ya se había condenado a 52 personas a los que se acusaba de practicar ritos judíos – y que el siguiente año – fueron ejecutadas dos hombres y dos mujeres en la Plaza del Rey.
Pero bueno – ya otro día esperamos poder entrar en más detalle sobre los juicios que se hicieron, las ejecuciones, y qué otros crímenes se encargó de perseguir el tribunal – hablar un poco de los Autos de Fe, de las temidas cárceles de la inquisición que, por cierto, se sabe que eran mucho mejor que las civiles. En general, poner un poco de luz sobre este tema que a veces parece tan oscuro.
De todas maneras, la próxima vez que pasen por esta calle, no se olviden de notar este detalle que nos ha quedado como testimonio de esta época. Es uno de los mejores conservados que existe en España, o por lo menos eso es lo que dicen.