En el corazón palpitante de Barcelona, escondida entre las sinuosas calles del Barrio Gótico, se encuentra una joya que encapsula el encanto y la tragedia de la ciudad: la Plaza Sant Felip Neri. Esta plaza, que parece haber sido arrancada de otro tiempo, es un oasis de tranquilidad en medio del ajetreo urbano, y su belleza cautivadora oculta historias profundas y oscuras.
La Plaza Sant Felip Neri: Un Espacio Cinematográfico y Musical
La Plaza Sant Felip Neri no solo ha sido un santuario para los residentes de Barcelona, sino que también ha capturado la imaginación de artistas y cineastas de todo el mundo. Su atmósfera única y su arquitectura evocadora la han convertido en un lugar predilecto para el cine y la música. Películas como «El Perfume» y videoclips como «My Immortal» de Evanescence han utilizado este rincón barcelonés como telón de fondo, añadiendo a su ya rica tapestría de historias y leyendas.
Una Ubicación Emblemática
La Plaza Sant Felip Neri, escondida pero accesible, se encuentra muy cerca de la Catedral de Barcelona, uno de los emblemas de la ciudad. Para llegar, se puede recorrer la pintoresca calle Montjuic del Bisbe, que ofrece una experiencia visualmente impresionante, con sus edificios históricos y su ambiente sereno que prepara el espíritu para la experiencia única que ofrece la plaza.
La Iglesia de Sant Felip Neri
Dominando la plaza se encuentra la Iglesia de Sant Felip Neri, una estructura que combina el dolor y la devoción. Esta iglesia barroca, construida en el siglo XVIII, es un testimonio silencioso de los eventos tumultuosos que la plaza ha presenciado. A pesar de su apariencia modesta en comparación con otras iglesias de Barcelona, la iglesia tiene una conexión especial con el famoso arquitecto Antoni Gaudí, ya que era el lugar de culto habitual de su confesor y, por lo tanto, un sitio de peregrinaje regular para Gaudí.
Un Espacio Vivo
La plaza no es solo un monumento estático, sino un espacio vivo y respirando. Al lado de la iglesia se encuentra la Escuela San Felipe Neri, que aporta un aire de inocencia y juego, transformando la plaza en un patio de recreo durante ciertas horas del día. La presencia de los niños jugando entre las sombras de la historia añade una capa de esperanza y renacimiento al lugar.
Lo que realmente hace única a la Plaza Sant Felip Neri son las cicatrices visibles en las fachadas de sus edificios. Estas marcas son los vestigios de los bombardeos durante la Guerra Civil Española y cuentan una historia de sufrimiento y resiliencia. Cada marca en la piedra es un recordatorio del pasado turbulento de la ciudad y de la capacidad del espíritu humano para superar tiempos oscuros.
El Bombardeo de la Plaza
El capítulo más sombrío en la historia de la Plaza Sant Felip Neri es sin duda el bombardeo de 1938. Este trágico evento es un reflejo del conflicto y el dolor que atravesaba España durante la Guerra Civil. La mañana del 20 de enero de 1938 marcó un punto de inflexión en la historia de Barcelona y, en particular, de esta plaza.
Contexto Histórico
La Guerra Civil Española, que había comenzado en 1936, fue un período de división profunda y violencia en el país. Barcelona, al estar en el bando republicano, se convirtió en un objetivo clave para las fuerzas sublevadas. A pesar de estar alejada del frente de batalla, la ciudad sufrió los efectos de la guerra de forma directa y brutal, principalmente a través de bombardeos aéreos.
El Ataque
El bombardeo de la Plaza Sant Felip Neri no fue un evento aislado, sino parte de una serie de ataques llevados a cabo por la aviación italiana, aliada del bando sublevado. Estos ataques tenían como objetivo sembrar el terror entre la población civil y debilitar el espíritu de la ciudad. El ataque a la plaza fue particularmente trágico debido a la presencia de refugiados en la iglesia, muchos de ellos niños.
Las Consecuencias
Los proyectiles cayeron en la plaza cerrada y reducida, causando daños catastróficos. El resultado fue devastador: la plaza quedó en ruinas y decenas de personas, incluidos muchos niños que habían buscado refugio en la iglesia, perdieron la vida. Las marcas de estos bombardeos aún son visibles en las paredes de la iglesia, sirviendo como un recordatorio permanente de este oscuro episodio.
Este bombardeo es recordado no solo por su crueldad, sino también por su significado en el contexto más amplio de la Guerra Civil. Representa la brutalidad del conflicto y la profunda cicatriz que dejó en el pueblo español. La Plaza Sant Felip Neri, con sus cicatrices de guerra, se convierte en un lugar de memoria y reflexión sobre las tragedias del pasado.
La Reconstrucción
Tras la devastación de la guerra, la Plaza Sant Felip Neri fue objeto de una meticulosa reconstrucción en la década de 1950. Bajo la dirección del arquitecto municipal Adolf Florensa i Ferrer, la plaza fue reinventada, utilizando edificios de otras partes de la ciudad, trasladados piedra por piedra para preservar el patrimonio histórico. Esta reconstrucción no solo restauró la plaza, sino que también la transformó en un mosaico de diferentes épocas y estilos arquitectónicos.
La Plaza Hoy
Hoy en día, la Plaza Sant Felip Neri es un lugar de reflexión y apreciación. Con sus cafés y terrazas, ofrece un espacio para que tanto locales como turistas se detengan y contemplen. La belleza de la plaza, combinada con su historia conmovedora, la convierte en un lugar único en Barcelona, donde el pasado y el presente se entrelazan de manera inextricable.
Visitar la Plaza Sant Felip Neri es más que un simple paseo; es un viaje a través de las capas de la historia de Barcelona. Es un lugar donde cada piedra, cada cicatriz y cada rincón cuenta una historia. Es un testimonio del dolor y la belleza, de la tragedia y la esperanza. La Plaza Sant Felip Neri no es solo un destino, es una experiencia que permanece en el corazón y en la memoria mucho después de haberla dejado atrás.