La Bomba del Teatro del Liceu de Barcelona

La Bomba del Teatro del Liceu de Barcelona

Hoy estamos al frente del Gran Teatro del Liceu, en plena rambla de Barcelona. Vamos hablar sobre la historia del edificio, entender por qué muchas personas asegurán que este teatro está maldito, pero sobretodo queremos hablar de la época en que el Teatro del Liceu se va a convertir en un objetivo de los ataques anarquistas de la ciudad. Vamos a ver cúal fue la Bomba del Teatro del Liceu

Algunos detalles del Teatro del Liceu

Vamos a empezar dando algunos detalles sobre el Teatro del Liceu, porque en la actualidad es un teatro que acoge grandes producciones de ópera, ballet y música sinfónica, es uno de los teatros más antiguos y conocidos de la ciudad, pero vamos a ver primero que todo cuáles fueron sus orígenes. 

Sus orígenes se remontan a 1837 siendo una pequeña fundación que celebraba conciertos y algunos espectáculos con el fin de recaudar fondos para una milicia del ejército. 

Empieza siendo un grupo de aficionados a las artes escénicas, pero parece que la iniciativa tiene mucha acogida por lo que se funda el Liceo Filarmónico Dramático Barcelonés, que iba a funcionar como un conservatorio donde se enseñaba teatro y música. Estos fueron los orígenes, el edificio que encontramos en la Rambla fue encargado en 1844, la idea era tener un espacio más apropiado para los conciertos y las cátedras de los docentes. 

Aquí es donde empiezan los detalles interesantes, porque el Teatro del Liceu fue construido sobre el antiguo Convento de los Trinitarios, que databa del siglo 17, pero que ya en el 19, por una serie de circunstancias en la ciudad, el convento estaba parcialmente destruido.  Incluso, se dice que cuando se empezaron las obras del Teatro del Liceu se encontraron los restos de antiguos monjes Trinitarios que habían sido enterrados,  según la tradición, en el mismo convento. Y bueno, este detalle parece que les causó cierta impresión, parecía que estaban profanando este lugar, aun así hicieron caso omiso y continuaron con las obras. 

Las catástrofes detrás del Teatro del Liceu

El Teatro del Liceu se inauguró oficialmente el 4 de abril de 1847 por sus características, además de convertirse en uno de los espacios culturales más importantes, se convirtió también en el lugar de socialización preferido de la ciudad, aquí se reunía la crema y nata de la burguesía industrial de la ciudad. Se realizaban bailes de máscaras, se cerraban negocios y matrimonios. Que bueno, seguro había algún despistado que realmente disfrutaba de la ópera, pero era sobre todo el lugar de encuentro de los círculos más poderosos de la ciudad. 

Pero bueno, esta primera etapa de esplendor no va a estar libre de incidentes, ya que en 1861, 14 años después de la inauguración,  el Teatro del Liceu sufre un incendio que destruye gran parte del edificio. 

Parece ser que alguien había dejado alguna lámpara de aceite sin apagar. Cosas que pasaban en el siglo XIX, aunque las malas lenguas decían que el Teatro del Liceu se había convertido en este epicentro de la burguesía  y sectores más ricos de la ciudad, por lo que habían sido los espíritus de los monjes enterrados los que habían estado detrás del incendio. Decían que este lugar desde su construcción estaba maldito y que si se reconstruía se iba quemar nuevamente.  

Pero bueno, parece ser que los dueños no hicieron mucho caso a estas supersticiones, por lo que el Teatro fue reconstruido rápidamente y en un año estaba otra vez funcionando. Y nuevamente, disfrutó de una calma relativa hasta finales del siglo XIX, en 1893, cuando el Teatro del Liceu sufre un nuevo infortunio. En este caso no fueron los frailes, parece ser que ahora el Liceu pasó a estar en el punto de mira del movimiento anarquista de la ciudad. 

El Teatro del Liceu y la burguesía en medio del proletariado

Una primera aclaración es que acá no vamos a explicar lo que fue el inicio y consolidación del movimiento anarquista en Barcelona, pero si vamos a dar algunas coordenadas para entender la relación que tuvo el Teatro del Liceu con el movimiento obrero.

Vamos a partir un poco de la idea de que  a finales del siglo XIX, Barcelona ya se había convertido en uno de los principales escenarios de las luchas obreras y rebeliones populares de toda España. 

Y esto no fue un azar del destino, ya lo hemos dicho varias veces, pero Barcelona era el centro industrial de España, por lo tanto la mayoría de la población obrera estaba estaba ubicada en esta ciudad. 

Tengamos en cuenta que en el siglo XIX se está dando este proceso de migración del campo a la ciudad, personas de todos los rincones de la península se estaban trasladando a Barcelona en búsqueda de un jornal y alguna que otra oportunidad. 


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Y no es por exagerar pero estos dos factores, la industria y la migración, hicieron que Barcelona se convirtiera en una de las ciudad con mayor densidad de población de toda Europa. 

Y aquí valdría la pena recordar que cuando empieza todo este proceso de migración, Barcelona todavía tenía sus antiguas murallas medievales, las cuales habían estado protegiendo la ciudad, pero ahora, se pueden imaginar, estaban estorbando en este crecimiento de la ciudad. Es por este motivo que en 1842 se toma la decisión de derribar las murallas  y permitir que la ciudad creciera sin estas limitaciones. 

Una vez son derribadas las murallas, la burguesía industrial adinerada sale huyendo de la zona antigua. No querían saber nada de estos barrios viejos, hacinados y sucios. Por lo que empiezan a ubicar sus residencias en la nueva zona de la ciudad, en el famoso ensanche. En cambio, los sectores obreros de la ciudad se van a quedar mayoritariamente en la zona antigua de la ciudad. Era muy común ubicar las viviendas en un entorno cercano a las fábricas, por esto vamos a ver que las zonas del Raval y Paral·lel se van a convertir en los primeros barrios obreros de Barcelona. 

Este era un poco el panorama de la época, había zonas muy diferenciadas en la ciudad. Ya lo hemos dicho en varias ocasiones pero Barcelona era una ciudad de contrastes. 

Y en toda esta nueva ciudad que se estaba configurando se nos había quedado el Gran Teatro del Liceu casi al límite entre una ciudad y otra, ya que el Teatro del Liceu está ubicado en plena Rambla de la ciudad. Una zona todavía muy exclusiva pero estaba técnicamente en el Raval,  muy cerca de los barrios obreros de la ciudad. 

Habían personas que incluso afirmaban que el Teatro del Liceu era prácticamente una “provocación”. Que el Teatro era una especie de escaparate desde el que se exhibía el poder y el lujo de unos – al frente de la miseria y penurias de otros. 

La bomba anarquista en el Teatro del Liceu

Fuera por este motivo o por otros, que realmente no sabemos con total seguridad, pero el Teatro del Liceu empieza a estar en la mira de ciertos sectores obreros de la ciudad, que para finales del siglo XIX, se habían radicalizado y habían empezado a realizar ataques además, contra ciertos sectores de la ciudad. 

De este periodo de violencia política, en Barcelona tuvieron lugar más de cien explosiones. Incluso la ciudad llegó a ser conocida internacionalmente como La Ciudad de las Bombas. Pero, de todos estos sucesos, se recuerda especialmente el atentado perpetrado por el anarquista Santiago Salvador justamente en el Teatro del Liceu

El 7 de noviembre de 1893 durante la noche que se inauguraba la nueva temporada con la representación de la ópera de Guillermo Tell, de Rossini, Santiago Salvador ingresó al Teatro del Liceu y desde la quinta planta va a lanzar dos bombas Orsini al patio de butacas. 

La explosión de la primera bomba provocó 20 de muertos y 27 heridos, en cambio que la segunda no llegó a explotar nunca, ya que parece que la bomba cayó sobre la falda de una de las víctimas – por lo que el sistema explosivo no se activó nunca. 

Este suceso va a tener mucha repercusión, no solo en la ciudad, sino a nivel internacional, por lo que las autoridades tuvieron que poner en marcha un fuerte operativo de represión contra los anarquistas de la ciudad, incluso cualquier persona que pudiera tener algún tipo de relación o vínculo con el movimiento. 

Pero para el Teatro del Liceu, el atentado se convirtió en uno de sus capítulos más fatídicos de su historia. Además que dejó cierto clima de miedo o inseguridad entre la burguesía de la ciudad. Sabemos que el Teatro del Liceu tuvo que cancelar la temporada y pasaría algún tiempo hasta que lograra llenarse otra vez con normalidad. 

La destrucción y reforma del Teatro del Liceu

Antes de finalizar debemos contar el último suceso en la larga vida del teatro, y es que parece ser que aquella maldición de los Trinitarios tenía algo de cierto porque en 1994, el Teatro del Liceu se quemó en una nueva ocasión. 

Durante un trabajo de mantenimientos, las chipas de un soplete prendieron los pliegues del cortinaje del teatro, que cayeron al suelo y extendieron las llamas. Se ve que trataron rápidamente de apagar el fuego, pero lamentablemente no se logró contener, por lo que en cuestión de horas el incendio terminó consumiendo el escenario y el techo del edificio. Quedó en pie únicamente una parte de la fachada y las paredes del edificio. 

Este incendio seguro lo recordarán muchas personas, porque fue un suceso mucho más reciente, salió en todos los periódicos y las noticias. Todas estas imágenes impactaron bastante a la sociedad española, en especial el concierto que le dedicó la figura más importante de la ópera de la ciudad, la única e inigualable Montserrat Caballé. 

Por toda su historia y trayectoria en la ciudad, no se puso nunca en duda que el teatro iba a ser nuevamente reconstruido. El Teatro del Liceu fue objeto de un ambicioso proyecto de reforma integral que permitió la reapertura de sus puertas en 1999.

Ya el resto de historia todavía se sigue escribiendo. Nosotros únicamente esperamos que no vuelva a tener ningún otro accidente, porque es un teatro muy impresionante. Además es un gran promotor de un género – la ópera- que por lo general no es del agrado de todo el mundo. Pero vale bastante la pena que conozcan la programación y vengan un día a conocer el Gran Teatro del Liceu de Barcelona. 

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